miércoles, 24 de marzo de 2010

…Hasta siempre Sira

Si ayer le daba la bienvenida a Lukas, hoy tengo un hasta siempre para Sira, que ha emprendido su viaje más largo.

  Sira llegó a casa a finales de 1995, siendo un cachorro de apenas un par de meses (nació el 12 de Octubre de ese año), “en” la mano de Luis (criador/veterinario, no recuerdo bien). Digo bien “en la mano” porque es literal: ocupaba poco más de la palma de la mano de este hombre. Sus primeras noches fueron un poco… nerviosas. Cuando todo el mundo se iba a dormir, no era capaz de quedarse sola durmiendo, así que eran lloros continuos, como si hubiera un bebé en casa. Luego hubo que ensañarla a subir y bajar escalones y un montón de cosas más que ella fue aprendiendo a su manera. Su juego preferido desde el principio: llevarle a mi padre su juguete de turno (normalmente un nudo de cuerdas con forma de hueso) y ponerse a tirar cada uno de un lado hasta que uno de los dos lo soltara o se le escapara. Esperaba a diario que viniera de trabajar y se sentara en su sillón para entonces llevarle el juguete. En verano le encantaba sentarse en una de las sillas de la terraza para cotillear todo lo que pasaba en la calle. Podía pasarse ratos enormes sentada ahí o asomada apoyando sus patas una de las jardineras para poder sacar la cabeza entre los barrotes. Así, os podría contar mil historias, porque 14 años dan para mucho.

Siempre muy dormilona y… vaga. Sira siempre ha  sido vaga. Quizá culpa de su artrosis (problema que le vino siendo muy jovencita aún) y quizá culpa también un poco de todos los de la casa, que jamás la acostumbramos a paseos largos y carreras.

Pero el tiempo pasa, y cuando miras atrás entiendes el título de la canción y te das cuenta de que en este caso 14 años no es nada. Con el paso de los años, Sira fue perdiendo visión y oído y sus problemas de huesos hicieron que su movilidad fuera muy muy reducida. Entre medias: infecciones, heridas que no terminaban de curarse jamás, algún tipo de problema bucal o gastrointestinal que la hacía desprender un olor demasiado fuerte… en fin, una cantidad de problemas que la estaban haciendo llevar una vida muy difícil para ser perro, hasta el punto de aparentar que nada le hacía ilusión, ni las caricias, ni los juegos, ni salir a la calle. Mirando atrás, me queda la sensación que se hizo vieja muy pronto.

Sira

Hoy Sira ha dejado de estar con nosotros,  pero lo más importante es que hoy Sira ha dejado de sufrir, o al menos yo me quedo con eso. Ahora se encontrará con Wanda y ladrarán sobre ti y sobre la suerte que tuvieron de caer en esa casa.

Hasta siempre Sira.

1 comentario:

  1. Aquí sólo puedo unirma al hasta siempre, y aferrarme a tu idea de que ha sido por su bien.....que ya es bastante duro pensarlo siendo así como para pensar en otras cosas.

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